Fundación San
Cayetano del Mar
Hipótesis Nro. (- 72
en la malnutrición en ancianos.”
“La edad
biológica es una variable determinante, que impacta directamente sobre el
concepto de “ancianidad”. En la
práctica clínica vemos diariamente cómo determinados pacientes de edad media,
presentan síntomas funcionales que se emparentan con el “concepto etimológico de ancianidad”, por cuanto se impone
lógicamente tratarlos “como si fuesen
ancianos” cuando en realidad no son aún, conceptualmente, adultos mayores.
Por esta razón decimos que, no sería conveniente definir al anciano solamente
por su “edad cronológica”, sino
considerando además sus parámetros funcionales que, en todo los casos y
generalmente, nos hablan de la calidad y disponibilidad sistémica.”
“La
problemática inflamatoria está marcadamente presente en aquellos pacientes
añosos no regularmente revisados por el equipo interdisciplinario
pertinente. El 70% de la población observada en esta situación, tenía más de 70
años.”
Nota: En estas poblaciones
observamos que es común la ingesta sostenida de los medicamentos mencionados,
en dosis prescriptas hace largo tiempo, en algunos casos recetadas años atrás,
y que no fueron revisadas y actualizadas por profesionales competentes.
Hipótesis 3:
“Los
avances en materia de odontología y prótesis dentales son cualitativamente contundentes,
y el desarrollo de la dietoterapia especializada fundamentado en la experiencia,
es cada día más optimizado, gracias al auxilio concurrente de otras ciencias
donde la psicología, las actividades ocupacionales artísticas/productivas y la
actividad física son fundamentales en la calidad de vida del geronte pero, se
aprecia que las funciones digesto absortivas no mejoran en general, más allá de
la calidad de la dieta, por cuanto concluimos que:
A) La función
digestiva es probablemente afectada por el empleo sostenido de relajantes
musculares y benzodiazepínicos en general.
Hipótesis 4:
“El riesgo de ingesta inadecuada en energía y
nutrientes de los pacientes de la cuarta edad no institucionalizados, es
marcadamente mayor al de aquellos atendidos regularmente por personal
especializado, incluso los que son atendidos por equipos gerontológicos en sus propios
domicilios, lo cual es altamente recomendable. Un elevado porcentaje de
estos pacientes sin atención regular y sistemáticamente organizada, fueron oportuna
o eventualmente medicados con benzodiazepínicos,
y continúan ingiriendo la dosis recetada durante prolongados lapsos de tiempo
sin la supervisión del profesional correspondiente, lo que degrada notablemente
sus funciones digestivas, tal como lo hace con otras funciones relativas a la
motricidad, a lo cognitivo y a la
comunicación en general.”
"En la tercera y cuarta edad, en general, se observa un amesetado en la oxidación desfuncionalizante, que establece un equilibrio que facilita la subsistencia con cambios imperceptibles a la simple observación. En estos estadíos biológicos ya no se aprecian grandes cambios como en el caso de la adultez media, donde estas manifestaciones se observan claramente y a simple vista en la mayoría de los casos. Estos cambios son revertibles, en muchísimos casos, con la administración de micronutrientes en la medida y el tipo que el paciente lo requiera, a la luz del concepto de la merma funcional y absortiva, especialmente en la parte proximal del intestino delgado."
Hipótesis 6:
“Más allá de las 35 horas
promedio de efecto de los benzodiazepínicos, en general y dependiendo de la dosis, el
estado del paciente y otras variables como el grado de actividad renal, por
ejemplo, la presencia de metabolitos activos en sangre puede prolongarse por varios
días, lo que sumado a las carencias aeróbicas propias de momento biológico y
otras carencias regularmente observadas, como las vitaminas A, D, B, y
minerales como el Ca, el Fe y el Mg, y las sucesivas ingestas diarias de los
mencionados fármacos (generalmente por la
noche, para conciliar el sueño o ante dolores persistentes), concluimos que
esto podría constituir la causa principal de las carencias digestivas, por
afectación directa a los nervios vagos, entre otros órganos tributarios de este
síndrome.”
Nota: El aumento de la presencia
de fibra alimentaria no fue la solución en estos casos, por cuanto entendemos
que la problemática nerviosa mencionada, en nuestra teoría relativa al consumo
sostenido de benzodiazepínicos, incluye la baja motilidad intestinal y la
ralentización de pulsaciones, ambas observadas asiduamente durante la
compilación de datos.
“La Fase Cefálica podría degradarse paulatinamente hasta desaparecer completamente,
como parte del “desfuncionalizado” propio del proceso oxidativo que complica la
operatividad de la membrana celular, los ciclos y procesos intracelulares y con
ello el nivel cuanticualitativo del recambio celular, merced a la presencia
sostenida de los metabolitos relativos a la degradación de medicamentos como Neuryl,
Paxam, Ravotril, Rivotril y Zatrix, entre otros, administrados sin la presencia
regular del médico.”
“Las
personas añosas que sostienen el consumo de benzodiazepínicos
sin la debida y oportuna observación médica, presentan somnolencia, hipertensión,
confusión, problemática digestiva, inestabilidad motriz y problemas del habla entre
otros.”
Nota: Proponemos la búsqueda de protocolos
alimentarios no generalizados sino, adecuados al entorno y a las circunstancias
de cada población, interactuados con
apoyo psicológico especializado y complementado con actividades físicas y
ocupacionales, con un creciente grado de socialización, mediante eventos
artísticos, lúdicos y espirituales.
Hipótesis 9:
“De ninguna manera nos oponemos al consumo de los
medicamentos mencionados sino que, solicitamos se desarrolle la concientización
interdisciplinaria de los operadores de salud a la luz de lo expuesto, y la
intensa difusión mediática hacia la población en general, de la necesidad de “revisar periódicamente la medicación de los
abuelos” por parte de profesionales competentes, con el objeto de
garantizarles la mayor calidad de vida que fuese posible.”
“Del resumen del trabajo de campo desarrollado durante el año 2013 y el
primer semestre del 2014, concluimos que, si bien los medicamentos mencionados
(que fueron observados desde el punto de
la operatividad relativa a nuestra especialidad, la Nutrición, siendo imposible
no relacionarlo con otros sistemas y funciones a los que, obviamente, también
servimos y por ello estudiamos) constituyen una importante ayuda a la
relajación muscular y con ello el logro del descanso reparador especialmente
necesarios en la tercera y cuarta edad. Es cierto que también el empleo
continuo condiciona ralentando sistémicamente y desfuncionalizando, lo que es
apreciable desde la anamnesis, especialmente en el aspecto comunicacional y
relativo a la ubicación espacial, por cuanto sugerimos que se trabaje desde el
equipo interdisciplinario buscando la posibilidad de adecuar la dieta a una
nueva estructura conceptual de “cuidados del anciano”, donde se priorice lo
absortivo y la presencia de las RDA correspondientes, en el marco del intenso
abordaje psicológico.
Siendo la conciliación del sueño y la concreción del descanso
propiamente dicho, la mayor referencia de los pacientes que consumen
asiduamente estos medicamentos, entendemos que sería posible lograr un
“concepto general” y luego adaptar a cada comunidad, sus usos y sus
costumbres, la posibilidad de favorecer el descanso nocturno mediante la
combinación de dietas especiales y la oxigenación del paciente, mediante la
actividad que resultase oportuna y conveniente.
Con el propósito, organizados, evolucionando y mejorando la
atención mediante la investigación y el conocimiento, quizás en breve podamos
decir que… una persona añosa no es necesariamente una persona anciana.
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