miércoles, 27 de octubre de 2010

LA BARRERA REFRACTARIA - (Cuando el espíritu te permite ser lo que también sos)

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Fundación SAN CAYETANO DEL MAR
Legajo Pers. Jurid. 176562
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LA BARRERA REFRACTARIA
(En la búsqueda de lo que también sos. Complementario inconcluso de la investigación de Obesidad)
(Considérese en contexto Dietoterápico Avanzado (de Nivel Sanitario II – Ambulante Limitado)
Por el Lic. Eduardo Castro

Un especial agradecimiento a mis Maestros, que entendieron mi naturaleza y mi necesidad de mirar más allá, para tratar de mejorar el presente que hoy transitamos. Mi reconocimiento a quien considero mi Maestra, la Dra. Katz, quien es un lujo que tiene la ciencia argentina, que Dios la bendiga y un humilde homenaje a su aporte científico, en la siguiente idea que le pertenece.

“La obesidad es una enfermedad aún desconocida en su verdadera dimensión; se conocen algunos elementos genéticos como causa o condicionante de su aparición, se conoce el efecto de la mala alimentación y el sedentarismo, pero ni su etiología ni su fisiopatología son perfectamente conocidas como ocurre en otros padecimientos.”

Estábamos contentos con el resultado de nuestro programa Mar del Vegetal, donde habíamos (eso creíamos) asestado un feroz golpe a la obesidad mórbida, y entonces arrancamos y estamos transitando la segunda edición del programa, con otro grupo de personas. Pero, tristemente, les comento que en el primer grupo, a la fecha y en un 69% de los “recuperados”, apareció el “rebote” y nos desbarató la estructura sistémica que empleábamos y en la que empezábamos a confiar, y ahora estamos replanteando nuevamente el andamiaje operativo que habíamos sistematizado.

Nos equivocamos (yo soy, desde ya, el principal responsable), y otra vez, por el momento, nos torció el brazo la pandemia obesogénica que avanza sobre la humanidad.

Entonces, convencido de que podemos encontrar un estructura sitémica y funcional, que se adapte a cada caso manteniendo el protocolo básico (siempre hablando de obesidad mórbida), y apoyándome sobre el primer artículo de Espíritu y Nutrición, voy a combinar algunas ideas que pondremos en práctica a la brevedad, solo como una opción que nos permita encontrar el camino definitivo para atacar esta dolencia crónica. En realidad, había pensado en titular este trabajo como “Después de la Sibutramina y antes del Orlistat”, porque en realidad lo que se busca es no sólo el descenso del peso corporal y una mejoría en el Índice de Masa Corporal, sino el alivio en las alteraciones clínicas (hipertensión arterial, neumopatías, artropatías, etc.) y químicas (glucosa, colesterol, triglicéridos, etc.). Y… no creo que sea verdad que los resultados dietoterápicos del tratamiento de la obesidad sean pobres y escasamente duraderos, y si digo que son una alternativa natural a cirugías costosas que no todas las personas pueden hacerse.
Un concepto claro y concluyente, emanado de la sapiencia de la Dra. Katz en su curso de Porsgrado en Obesidad de la U FAVALORO, dice que, En definitiva, el concepto claro es que con un IMC mayor a 35 la expectativa de vida es de 10 a 12 años menos, y que la mortalidad es 12 veces mayor en los pacientes con este IMC y una edad entre 25 y 35 años y 6 veces mayor en el grupo etario entre 35 y 44 años. Y nosotros agregamos que esto, menos un 45% en líneas generales y sin considerar cada caso en forma puntual es, también aplicable al sobrepeso, donde es notable la escalada de valores colesterolémicos y los resultados de los estudios de hemoglobina glicosilada, que sin duda constituyen la antesala de estadios peores. A pesar de todo, observamos una gran cantidad de obesos mórbidos inclusive, que viven casi con naturalidad la vida de todos los días, esto sucede por una adaptación promovida desde la genética individual al estado que busca encontrar permanentemente su equilibrio. Conclusión, muchos obesos viven su realidad como si no pasase nada y, en realidad, no pasa nada y viven normalmente, pero, nuestras observaciones revelan que el deterioro de la salud producto del desbalance homeostático en estos individuos, acontece sorpresiva y abruptamente, por cuanto en el 60% de los caos se hace imposible la rehabilitación funcional total y en un alto porcentaje del resto de lo expresado, se observa la necesidad de terapias intensivas y la muerte por desbalance sistémico exacerbado e irreconciliable con la vida.
Es aquí interesante aclarar que, no somos ajenos a la realidad y no podemos aceptar realidades como que, sin duda podemos decir que la cirugía bariátrica es en la actualidad el método más efectivo en el tratamiento de los pacientes con obesidad mórbida, y mientras esperamos que la Ley de Obesidad tenga alcances contundentes, en el mismo orden, y en lo personal digo que, si yo pudiese adquirir un Tomógrafo Computado y hacerlo trabajar a muy bajos costos o gratis, considerando nuestros pacientes a quienes le cuesta pagar el colectivo para llegar a la consulta, en realidad lo haría; y sinérgicamente con lo anterior, sin dejar de reconocer los beneficios de la tecnología, como no puedo adquirir un tomógrafo, sencillamente, me hice Antropometrista. El tema es brindar las mejores soluciones a la calidad de vida del paciente, siguiendo nuestra vocación y con lo que Dios pone a nuestro alcance. Nosotros con Evaluación Antropométrica y Tipificación de la Conducta Alimentaria, arrancamos el proceso interdisciplinario y buscamos optimizar los medios con que contamos.

De todas formas y como concepto concluyente de este prólogo digo que, si bien la farmacoterapia ayuda a controlar y a paliar el síndrome que nos convoca, en realidad no promueve una cura (incluso la cirugía bariátrica no deja de ser una herramienta, nunca una solución definitiva) por cuanto la dietoterapia apoyada por el equipo interdisciplinario pertinente, es la única solución natural al problema y “debe” ser ejecutada con miras al sostenimiento de sus resultados a largo plazo o, si fuese posible, de por vida; recordando que hablamos de una morbilidad crónica que deberá ser atendida y monitoreada de por vida, como cualquier otra enfermedad.

1) Al descender el peso una persona deja el “nivel energético que tenía” para cambiar a otro que es normalmente menor. En el anterior estado, la acumulación de energía daba lógicamente, determinados rendimientos que se percibían en lo social no siempre agraciadamente, claro, con una autosuficiencia basada en la confianza que entrega la energía disponible (o lo contrario, recluyéndose de la "estigmatización" que en ocasiones existe) y desde ya, repercutiendo en la intimidad de las personas, porque naturalmente el deseo y la disponibilidad sexual era superior en cantidad y también en calidad. También es necesario decir que, las capacidades reflexivas, en el sentido de la introspección, la creatividad y de la concentración mental aplicada a tareas específicas, no alcanzan el vuelo (no rinden) y hasta podemos decir que observamos “cierta torpeza” en las personas que, dado su exceso de peso, manifiestan una “pseudo intoxicación residual” (una toxemia de origen ingesto alimentario), que circula en sangre y obstaculiza o promueve determinados eventos bioquímicos, desde el tur-over proteico, hasta la resistencia a la insulina. Este cambio, que debe ser monitoreado por especialistas del equipo interdisciplinario, no siempre es sostenible porque el “genoma ahorrador” que abraza afectuosamente ciertos hábitos alimentarios, por la ansiedad y la “torsión” que aplican las viejas costumbres (el inicio del síndrome de abstinencia), y por otras variables que viven en nuestros ambientes obesogénicos naturales, todas ellas juntas entonces, nos inducen a regresar, ingesta mediante, a los valores volumétricos y calóricos de las comidas históricas.

Entonces, la instalación de esta nueva “naturaleza secundaria” en el individuo, que presupone un adecuado cambio de hábitos previos, debe ser establecido (según la experiencia nos indica), con un “centrado” (cuyo detalle desglosábamos en el artículo anterior), que se va ajustando a la persona, conforme se producen reacciones desinflamatorias y desintoxicantes, que ponen al individuo en el “eje” que su naturaleza marca. Sin este centrado, que permite a la persona “encontrarse consigo misma” y “reconocer” su nuevo estado energético, no es posible soportar el embate de la abstinencia calórica, incluso con fármacos en dosis reforzadas. Nuestra experiencia nos muestra que (tal como lo comentase al comienzo), el rebote aparece ni bien se retira la medicación o bien, el paciente refiere la necesidad de incrementar los principios anorexígenos, con el lógico riego cardiovascular que todos conocemos. Finalmente, la presencia del psicólogo especializado en el proceso es sustancial, y no se debería progresar en la dietoterapia que busca el descenso de peso, si no se está seguro de que el paciente podrá “asumir, disfrutar y controlar” su nuevo estado energético.

2) En determinadas ocasiones, ante la inminente necesidad de tratamiento kinesiológico o la eventual necesidad de cirugía, el recurso farmacológico es ampliamente válido (no es justamente necesario que lo diga yo, claro), de la mano del médico nutricionista, y todo lo anterior no tiene aplicación. Hay una urgencia y se debe tratar como tal.

3) Según observamos, existe un punto en el proceso de descenso y adecuación del peso, sobre un eje de temporal, al que denominamos "BARRERA REFRACTARIA", a la que otorgamos características elásticas(y esto es muy importante, como lo veremos más adelante). Vemos que, inicialmente, el paciente comienza con el descenso de peso y responde casi óptimamente al tratamiento. No obstante luego de descender 3 o 4 kilos (en algunos casos lo vimos después de 12 kilos), se produce un estancamiento en este descenso y, aunque repetidas las mismas medidas, maniobras y rutinas que permitieron el descenso previo, corre el tiempo y no es posible descender más y además, comienza el síndrome refractario que induce la necesidad creciente de farmacología anorexígena, acompañada de cuidados emocionales intensivos por parte del psicólogo especializado y, en medio de un cuadro de frustración y un nuevo síndrome ingesto alimentario profundo y complejo, se inicia el rebote en las alas de la "gratificación" que el paciente entiende necesitar, ante lo que supone como el fracaso del nutricionista.

Creemos seriamente que, ningún proceso de descenso y acondicionamiento del peso que pretenda prolongarse establemente en el tienpo puede "forzar" esta barrera, en la forma de "empujarla" farmacológicamente (por ejemplo), porque su elasticidad (formada por una red de hábitos previos y por una cerrada malla de niveles energéticos que "no deseamos cambiar"), porque no nos animamos a ser el "el otro" que podemos ser, sin cambiar el ser esencial que naturalmente somos.

Una realidad es que, mientras estamos intoxicados por el síndrome del sobrepeso o de la obesidad, vemos al mundo con "un cristal" determinado que, a medida que emergemos de este estado y encontramos colores más vívidos, sentimientos más profundos, reflecxiones más serenas y una "nueva actitud", además de un estado energético más discreto (que se traduce en la sensación de BAJA PRESION ARTERIAL lo cual hemos comprobado que NO ES REAL, si bien es lógico que la presión descienda conforme el descenso de peso) y una "nueva meseta de posibilidades" siempre diferentes se pone ante nuestros ojos, es normal que deseemos regresar al territorio conocido, que hace tiempo habitamos y que nos "inspira seguridad".

Por cuanto no sirve "forzar" la BARRERA REFRACTARIA y si es necesario PERFORARLA, encontrando un "orificio" por donde podamos pasar hacia "el otro lado", hacia abajo si Usted quiere.

INCLUSO EL DESCENSO DEBE SER “AMESETADO”, ES DECIR, NO EN PERMANENTE DESCENSO SINO, CON EVENTUALES “TRAMOS PARALELOS” CON RELACIÓN A LA BASE DEL CONTINGENTE CARTESIANO. CONCRETAMENTE, TRAMOS PLANOS SIN PENDIENTES, PARA “REENERGIZAR” Y REESTABLECER UN NUEVO TURN OVER PROTEICO Y UNA NUEVA DISPOSICIÓN ENERGÉTICA. ESTO ES CASI IMPOSIBLE DE REALIZAR SIN LA PRESENCIA DEL EQUIPO INTERDISCIPLIBARIO Y, CONSIDERANDO LO AUTOADMINISTRADO DEL PROCESO, LA BUENA VOLUNTAD DEL PACIENTE. Esto es necesario y lógico ya que la Barrera Refractaria se “reorganiza” y resiste desde nuevas y menos energéticas posiciones, por cuanto es interesante contemplarlo fisiológicamente, lo que en la práctica y vulgarmente conocemos como “un permitido”.

Ahora, ¿como hacemos esto? Bien, una forma que nos a dado muy buen resultado, recientemente aplicado a tres pacientes (y claro, no es un número para nada estadisticamente determinante), es el manejo de la "oportunidad" mediante el biorritmo del sugeto, cosa que hicimos con el programa americano TRAINING X PRO, y en punto más elevado de la curva emotiva, iniciamos un proceso de INTENSA HIDRATACION, aunque sostuvimos la dietoterapia establecida y suspendimos todo tipo de farmacología durante tres días y... obtuvimos el "agujero vital" que esperábamos, momento desde el cual proseguimos un descenso franco y una readaptación energética sumamente positiva (que no es fácil, que genera miedos y que debe ser respetada y tratada psicológicamente). No tengo la compilación del procedimiento en este momento (que vamos a publicar desde ya), pero básicamente empleamos Músico Terapia de la mano del Lic. Esteban, y un fuerte apoyo psicológico que permitió, según creo, consolidar el cambio de hábitos y abordar la "nueva naturaleza" que buscábamos.

Adelantamos algunos conceptos operativos, que se relacionan a la implementación de esta teoría:

a) Estimamos la BARRERA REFRACTARIA
estadísticamente, cuando el peso del paciente se reitera semana tras semana y el gráfico del mismo establece una llamativa meseta.

b) La hiperhidratación a la que hacemos referencia, según nuestra experiencia provisoria, debería ser aproximadamente el 2,8% del peso del paciente, en litros de agua por día, sostenida durante los tres días de "llave", y hasta los 105 kg de peso. Observamos que esta práctica “distrae” parcialmente la presión natural de los hábitos, relativos a al nivel energético actual, y permite el acceso a otros diferentes, que luego deberán ser debidamente consolidados.

Técnicamente decimos que creemos posible que la presencia del agua anule o, por lo menos disminuya la acción de la GRELINA que es altamente OREXIGENA y que, justamente por ello, contribuya al la recomposición del equilibrio cualitativo de la sangre, combinado esto con el efecto de la ingesta de ciertos “precursores homeopáticos dinámicos”, como es el efecto observado con la INFUSION DE PEREJIL, que debe ser regulada por el profesional para no “derivar” a otros probables efectos fisiológicos contraproducentes, como podría ser la inducción de anemia.

c) Es claro que no es sencillo que una persona tome 3 litros de agua en un día, y lo primero es el ACUERDO DEL EQUIPO INTERDISCIPLINARIO, puesto que si existiese una falla renal o algún tipo de problemática edematizante, este procedimiento no sería para nada oportuno, imponiéndose los estudios pertinentes y las decisiones consensuadas de todos los profesionales participantes. Por consiguiente es necesario también un aprendizaje o un entrenamiento de parte del paciente, con aumento paulatino de la ingesta líquida y la observación profesional del resultado de esta, para poder acceder a la cantidad final dentro del término de los días llave. Y aquí obtuvimos algunas observaciones interesantes:

1.c) En obesidad, y muy acentuadamente en obesidad mórbida, los órganos en general y los riñones en particular, muestran una actividad relativamente menor a la que sería necesaria para garantizar los procesos metabólicos. Vulgarmente diríamos que, se observa "cierta pereza operativa" en ellos.

2.c) Definimos al problema renal como (una de las posibles explicaciones), un efecto “cobertor” en el que la trigliceridemia oficiaría de “pantalla” sobre la malla del glomérulo, no en forma permanente o estacional, sino llegando al mismo como parte de la carga que naturalmente porta el torrente, quedando detrás de estos grandes corpúsculos, muchos de los desechos que serían evacuados normalmente (incluso agua), si la densidad que caracterice a la corriente sanguínea del obeso fuese menor, y que por lo tanto quedarían “detrás de esta pantalla” y otra vez en la circulación.

3.c) Una gran cantidad de individuos obesos refieren escaso deseo de orinar y no lo harían más de dos veces por día como máximo, y con relativa escasa cantidad cada vez.

4.c) Como es común observar, también la presión arterial es elevada en un 80% de los casos.

5.c) Nos esforzamos en encontrar una respuesta netamente dietoterápica y concluimos finalmente que la “infusión de perejil” (50 grs de perejil en 1 litro de agua, mediante caldeo y reducido durante 10 minutos de hervor pleno) aportada en diferentes dosis autoadministradas (NO AUTORREGULADAS), incluso formando parte de la ingesta final que haría el paciente, permitió notables avances que hicieron recuperar la frecuencia y la cantidad de orina esperable, que el agua por si sola no había logrado. Automáticamente la presión arterial descendió y se observó el cambio del color y contenido de la orina. Esto ya es un gran avance en la calidad de vida del obeso y recomendamos enfáticamente su empleo, por lo inocuo y por el resultado que inmediatamente se observa.LA OBSERVACIÓN EN VEINTE INDIVIDUOS OBESOS Y CON SINDOME METABÓLOICO CON PREPONDERANCIA DE DIABETES FUE UN DESCENSO EN LA GLUCEMIA DE NO MENOS DEL 30%, SUPUESTAMENTE A RAÍZ DEL EFECTO DESINTONXICANTE DE LOS RIÑONES PUESTOS EN VALOR OPERATIVO NUEVAMENTE, LO QUE AMERITA LA URGENTE CONSULTA CON EL MÉDICO DIABETÓLOGO DE CABECERA.

d) Observamos como estrictamente necesario, fomentar una actitud de transformación o un deseo de cambio que es preciso acompañar, en nuestra opinión, con no menos de cuatro semanas o seis visitas, a las que dedicaremos a la Educación en Nutrición. Es altamente conveniente que el paciente identifique y pueda definir qué es una proteína y qué es la fibra dietética y sus alcances, entre otros conceptos básicos que le permitirán abordar el cambio propuesto. Recordemos que el proceso es autoadministrado y ambulatorio, por cuanto el conocimiento le dará la posibilidad de desempeñarse mejor.


e) Sugerimos tratar de ubicar el momento oportuno para intentar el traspaso de la barrera hacia abajo, junto con el equipo interdisciplinario, con el medio que entiendan como el más oportuno. Acordamos entonces tres días a los que denominamos "llave", dentro de los cuales implementaremos la hiperhidratación y otras medidas estratégicas que adjuntaremos en breve. Nosotros estamos evaluando el biorritmo, como método de ubicación de llave, desde el programa anteriormente mencionado, aplicado en este momento a cuatro pacientes voluntarios, con resultados francamente alentadores.

f) Recordamos que estamos tratando de establecer una metodología que permita no solo el descenso de peso, sino también el mantenimiento del "nuevo nivel energético alcanzado", donde la sensación observada es la de "baja presión arterial", pero las comprobaciones pertinentes realizadas demuestran que es una manifestación del síndrome de abstinencia, al cual hay que tratar con el debido respeto y con Psicólogos preparados especialmente y a disposición (telefónica, inicialmente) permanente del paciente.

g) Es vital la colaboración comprometida del entorno familiar.

h) El profesional tratante deberá evaluar y aconsejar pertinentemente a su paciente, considerando que, no siempre este cambio favorecerá la calidad de vida de la persona. En este orden es necesario el mismo a compromiso ético que en los otros actos de nuestras profesiones, los que no siempre estarán de acuerdo con los deseos del paciente.

i) En estos tres días llave, se debería aumentar la cantidad de comidas, fraccionando el cálculo calórico establecido previa y naturalmente, en no menos de 6 comidas efectivas, para facilitar el descenso de la presión que prontamente ejercerá la sensación de abstinencia y comenzar a establecer nuevos hábitos y pautas alimentarias. DE NINGUNA MANERA JUSTIFICAMOS AYUNOS O PRACTICAS ALIMENTARIAS DIFERENTES A LAS PRESCRIPTAS POR EL PROFESIONAL, la diferencia radicará en que estableceremos la pregunta que el mismo paciente se hará, ¿Por qué VOY A COMER AHORA, necesito hacerlo o solo un impulso hedónico?

j) La actividad física deberá ser detalladamente evaluada, para evitar accidentes por sucesos de hipotensión ortostática, que no deberían hacerse presentes pero, que son realidades que expresan la presión abstinente y pueden derivar en accidentes de diversos índoles. Es necesario el compromiso cabal del paciente, de detener temporal o radicalmente el proceso, en el caso en que su salud mostrase el mínimo riesgo. NADA JUSTIFICA UN ACCIDENTE IRREMEDIABLE


Finalmente y al respecto me comprometo ante quien lea estas líneas, a entregar en estos días, nuevas ideas básicas para "PERFORAR LA BARRERA REFRACTARIA", lo que quizás permita encontrar el protocolo que ayude a poner freno a esta pandemia que, por ahora (solo por ahora, si Dios quiere), nos domina.

4) En los casos de obesidad I, hasta el BMI 33,8 en varones adultos jóvenes, se observa una marcada tendencia a la autosatisfacción sexual, lo que genera una nueva complicación, el cerrar un círculo necesariamente vicioso de permanente "oferta y demanda" energética. Esto es muy serio y sugiero considerarlo, dentro de lo posible, recordando que el ser humano cuenta con una parte espiritual que, más allá de ser el "motor de su voluntad", es susceptible de quebrarse y caerse lamentablemente, alejándose de la virtud cardinal que conocemos como TEMPLANZA, a la que sugiero apelar. En realidad, pretendo expresar que la revaloración de una actitud “ascética” y comprometida con el acto, será fundamental en este caso en que se apela, quizás utópicamente, al automanejo y a la autodisciplina del paciente en su medio social cotidiano, más allá de la preparación previa que es, en mi opinión, absolutamente necesaria.

5) Observamos, durante el proceso dietoterápico de refuncionalización mediante el acondicionamiento físico, que generalmente incluye el descenso de peso, que el 87% de las personas “sostenidas” farmacológicamente, aún con el tratamiento oportuno en manos de excelentes profesionales, fracasa y regresa a su “naturaleza primaria”, con el síndrome que este fracaso genera y con el riesgo de nuevas comorbilidades, como por ejemplo, la apnea del sueño o la muerte súbita.

Observen la fecha de esta nota, y les comento al respecto que, hace 24 horas tuvimos que salir “en estampida” a localizar a nuestros pacientes, cuando el ANMAT (con el buen criterio que sin duda lo caracteriza y lo destaca entre las instituciones argentinas), prohibió la Sibutramina por colaterales cardiovasculares, según entendemos.

6) La terapia “centrante” (que incluye alinear el eje natural de su espíritu, sus tendencias y potencialidades, con su cuerpo) que se aplique conforme la persona se desinflama y se desintoxica, contribuirá al paulatino acomodamiento homeostático del “nuevo ser” del mismo individuo, lo cual en mi opinión, facilitará la “proyección del mantenimiento” del nuevo peso alcanzado (que incluye desde ya otro nivel energético no necesariamente menor, mayor capacidad aeróbica, mejor descanso y mayor capacidad de concentración y razonamiento) conforme lo prescripto por el nutricionista tratante y que se relaciona al punto 4. Es esta "claridad mental", la que permite redefinir satisfactoriamente el nuevo pool de posibilidades, que el propio paciente advierte que tiene.
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Y finalmente, lo que sigue no debe ofender a nadie. Muchos seguramente no estarán de acuerdo y considero que es razonable. Pero nosotros somos investigadores y nuestro trabajo es encontrar respuestas categóricas, comprobables y pragmáticas, y definir puntualmente lo que “sirva al paciente” para incrementar su calidad de vida o reducir su nivel mórbido (siempre hablando del tema de la obesidad). Por esto, recurrimos a modo de experiencia, a una congregación religiosa a la que asisten varios pacientes del actual grupo, y publicaremos estas observaciones y sus resultados, ni bien los tengamos compilados.

Como de costumbre. Estamos a disposición de la especialidad, no competimos con nadie y abrimos la puerta a todos, nuestro lema interno es "SI LA FUNDACION MOLESTA A ALGUIEN, DE ADENTRO O DE AFUERA DE LA MISMA, ES PORQUE QUIENES TRABAJAMOS EN ESTO NOS ESTAMOS EQUIVOCANDO EN ALGO Y DEBEMOS PRONTAMENTE SUBSANARLO". Creemos que existe una importancia real en la permanente INVESTIGACION - ACCIÖN, no para derribar ningún paradigma, sino para "servir" mejor a las personas que confían en nosotros TRANSFORMADO LA REALIDAD CON NUEVAS OPCIONES, válidas, responsables y accesibles.
Que Dios los bendiga.

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