domingo, 5 de diciembre de 2010

Violencia en jovenes reclusos y respuesta dietoterápica

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Fundación SAN CAYETANO DEL MAR
Legajo Pers. Jurid. 176562
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Observación de manifestaciones de violencia en jóvenes y adolescentes normales
(Documento resumen de trabajo inconcluso, relativo a la investigación sugerida por la Cátedra de Psicología de la Educación - Fac. Ciencias de la Educación - UFASTA)
Por el Lic. Eduardo Castro
RESUMEN
La ciencia de la Nutrición no termina en el acto ingestivo y, en realidad, se prolonga mucho más allá de la selección básica de los alimentos y sus efectos fisiológicos. La nutrición, ciencia madre de la medicina, es el respaldo que finalmente cataliza las oportunidades que gradúan la calidad de una vida humana, considerando al ser en el marco de una concepción integral, donde la respuesta fisiológica condiciona incluso al “eje intelecto/espiritual”, promoviendo manifestaciones que son producto del desorden alimentario, por exceso o por carencia. Esto se agrava en los institutos de menores, donde los alojados a disposición de la justicia, muchos de ellos por delitos graves como por ejemplo, homicidio, porque su formación escolar es absolutamente precaria y la familia de estos jóvenes prácticamente no existe como tal.

No mencionaremos lugares ni personas, y si comentaremos los resultados.

El 75% de la población alojada, que conforma el universo que estudiaremos, tiene por lo menos sobrepeso, con un elevado porcentaje de obesidad.

Rápidamente tomamos conciencia de que, la excesiva ingesta alimentaria lleva a la “intoxicación” sistémica, al descenso del PH corporal y al desbalance homeostático. En este orden, son comunes las manifestaciones de violencia que, en las personas jóvenes, ocurre mayormente por el momentáneo descontrol que el exceso de energía produce, ante las carencias de experiencias que pudiesen advertir a la prudencia.

Por esto decidimos agruparlos por la observación de sus respuestas, en dos grandes grupos, inicialmente sin intentar introducir la variable de EXCESO/CARENCIA y solo considerando dos reacciones bien definidas, la VIOLENCIA BÁSICA (VB) y la VIOLENCIA ELABORADA (VE).

VB, es aquella producto de la intolerancia que se expresa física y frontalmente, con preponderancia del uso de los propios miembros y, en general, pocos elementos contundentes o accesorios, en teatros públicos y de nutrida concurrencia. Por otro lado diremos que la VE suele no ser frontal y abusa de elementos accesorios, que pueden ser más de uno y articulados estratégicamente, en teatros previamente seleccionados y generalmente sin la presencia de terceros.

La VB se observa en jóvenes y en adolescentes que presentan sobrepeso (en menor medida), y obesidad 1 y 2 en creciente medida en relación al orden expuesto. La VB en jóvenes obesos tiene una preponderancia aproximada del 70% de la población observada. La VE tiene una presencia mínima en la población en general, que asciende al 8% aproximadamente y no tiene actores en la población de personas obesas, dándose solamente en los casos de jóvenes eutróficos o muy delgados (aparentemente con ciertas secuelas de la desnutrición crónica actualmente superada), individuos pequeños o de bajo peso para su estatura, notablemente respetados por sus pares, y cuyos resultados son mucho más graves que los de la VB, aunque en realidad, se trate de episodios esporádicos en donde suelen pasar meses sin registro alguno.

Nuestra investigación tuvo como cometido intentar “centrar” a estas personas, mediante la adecuación de su peso, en el marco de un desarrollo didáctico y curricular que permitiese enseñar de forma amena Educación en Nutrición y desde ella, transferir conceptualmente valores que hacen a las personas de bien, en un marco de respeto por la verdad y aprecio por la belleza.

Resultó muy sencillo constatar el efecto de la Educación en Nutrición, ya que muchos de ellos, inmersos en el planteo que hacían los investigadores, de buena gana se prestaron a participar de las actividades físicas (una serie de clases de puesta a punto, musculación y trabajo aeróbico en la forma de un torneo de fútbol con dos equipos), que acompañaba el intento del cambio de hábitos alimentarios, y los resultados aparecieron rápidamente.

Prontamente, al segundo día, se observó el diálogo sereno entre los individuos y al tercer día, formados los equipos que competirían entre si, el sentido de pertenencia los agrupó casi inconcientemente y comenzaron los desafíos y las bromas deportivas, lo que se empleó para acentual el concepto de “respeto por el otro ser humano”, que finalmente coronó el trabajo del equipo interdisciplinario.

La forma de “medir” el resultado comportamental de los involucrados, sería básicamente constatar los hechos relatados en el Libro de Servicio de días previos, y cotejarlos con los que viniesen luego de tres días de trabajar las clases de Educación en Nutrición y la Actividad Física programada.

Los resultados mostraron que el índice de VB cayó a menos del 8%, en la forma de 2 promedio por día, contra 25 promedio registrados previamente. No se registró VE en el lapso de 15 días en que se desarrollaron las experiencias.

Por lo expuesto, decimos que la Educación en Nutrición y la información filosófica accesoria, debidamente articulada y en manos de profesionales idóneos (la calidad educativa es superlativa en esto), contribuye a pacificar estas comunidades, a partir de lo que se puede intentar resocializar a estos jóvenes, integrando todo lo que fuese posible a sus familiares.

Quiera Dios que sirva.