www.fsancayetanodelmar.org
Fundación San
Cayetano del Mar
-57) Antiácidos de venta libre
Prof. Eduardo Castro
Hipótesis de inicio:
1) Los antiácidos de venta libre, deberían (de acuerdo a los conceptos que expresan nuestras hipótesis) llevar impreso en su envoltorio, en lugar perfectamente
visible y con caracteres destacados, la enmienda: “ANTES DE CONSUMIR
ESTE MEDICAMENTO Y, MUY ESPECIALMENTE SI SE REPITE EL EPISODIO QUE MOTIVA SU
TOMA, POR EL BIEN DE SU SALUD, CONSULTE CON UN MÉDICO.”
Descripción del problema:
Es normal que el estómago
produzca ácido para ayudar a la digestión de alimentos, es la parte química de
la digestión que se complementa con el movimiento físico o mecánico, que
facilita el mezclado del ácido en la materia a digerir, con el objeto de
obtener el “quimo” final.
La acidez es una sensación de ardor, molestia o quemazón en la boca del estómago. Cuando hay aumento de la producción de ácido en el estómago, pueden eventualmente, disminuir las defensas de las paredes estomacales contra el ácido o ambos factores se pueden presentar asociados. Y cuando la cantidad es excesiva, el ácido podría abandonar el estómago y refluir hacia el esófago, esta molestia (que incluye el riesgo concreto de cáncer de esófago), se puede sentir detrás del esternón como una sensación quemante de muy intenso ardor.
Las causas que favorecen la acidez son muy variadas. Por ejemplo, la ingestión
de alimentos condimentados o con alto contenido de grasas, ciertos alimentos
cítricos, el tomate y la cebolla entre otros. Comer en forma abundante o
deprisa, estar largas horas sin ingerir alimentos. El alcohol y el tabaco
también lo favorecen, al igual que ciertos analgésicos. El estrés es otra causa
importante a tener en cuenta, no solamente por favorecer la aparición en forma
directa, sino que se relaciona a comportamientos y hábitos que la facilitan.
Finalmente, cada persona tiene particularidades que, en todos los casos, deben
ser observadas, evaluadas y tratadas por profesionales universitarios.
El aumento de la presión sobre el estómago, como el embarazo, el sobrepeso y agacharse después de comer son causas mecánicas frecuentes del reflujo. También comer inmediatamente antes de ir a dormir (es conveniente esperar algunos minutos antes de acostarse y, consultar con el médico siempre). Por lo expuesto, uno de los más populares paquetes de recomendaciones, incluyen elevar la cabecera de la cama, para evitar facilitar el reflujo.
Los antiácidos son
generalmente una combinación de tres sales básicas (magnesio, calcio, y aluminio) combinadas con iones de hidróxido o
de bicarbonato. Vienen en presentación de pastilla masticable y líquido, siendo
más inmediatamente efectiva la versión líquida.
Una vez declarada la acidez, el bicarbonato de sodio es una excelente
posibilidad de disminuir el dolor, pero esto también debe estar supervisado por
el médico y apoyado por la nutricionista, puesto que su exceso podría elevar
peligrosamente la presión arterial.
Y, como todo esto se cura con “antiácidos de venta libre”, enumeramos el siguiente planteo, a consideración de las autoridades sanitarias, los colegas y la población en general.
2) La venta indiscriminada de antiácidos, posteriormente empleados sin la guía del médico o del profesional de la nutrición, puede ser altamente contraproducente para la salud del paciente. La problemática reiterada tiene un causal y debe ser investigado por los profesionales pertinentes.
3) La acidez se produce por
causas que deben ubicarse y describirse pertinentemente. Esta es la tarea del
Profesional de la Nutrición, entre otros. No es normal que sucedan hechos a
repetición (quizás en lactantes
podría verse más frecuentemente en el marco de la normalidad) y menos aún, que se cronifiquen en el tiempo. Recurrir a un
antiácido sin previa consulta con el médico, aun siendo un medicamento de venta
libre, podría ser un severo riesgo para la salud.
4) La reducción del ácido
presente en la luz del estómago, por sí misma, amerita la generación de una
dieta adecuada (o una adaptación de la misma) al momento biológico del paciente, de acuerdo a las leyes
básicas de la alimentación. De otra forma, la misma ingesta habitual desde lo
cuanticualitativo, se encontrará con menos “recursos digestivos”, lo que
detendrá la materia en el estómago por tiempo más o menos prolongado, generando
distensión y malestar general.
5) La prescripción médica
sin la previsión del contexto en que se aplicará la estrategia farmacológica,
podría ser contraproducente por cuanto la efectividad (en estos casos y considerando el punto 4) estará dada con la concurrencia complementaria del accionar
profesional de una Nutricionista. En el caso de los “Venta Libre” sin la
enmienda enunciada (en la Hipótesis 1 de Inicio,
que dice lo importante que es concurrir a ver al médico ante un síntoma de este
tipo), podría considerarse una inducción a dilatar
la solución de un problema que, en todos los casos, debe ser prontamente atendido. En el
caso de los medicamentos recetados, inhibidores de bomba de protones,
procinéticos, protectores de mucosa y otros menos populares, sin la indicación
explícita de “visitar al profesional de
la nutrición”, es claramente un despropósito, puesto que al cambiar las
condiciones del medio digestivo (repetimos esto nuevamente), necesariamente debe ajustarse la dieta y, una vez más lo
digo, no existe en el universo científico profesional más idóneo en el empleo
de alimentos (por formación y por
experiencia), que una Nutricionista.
6) El consumo crónico y sostenido en el tiempo, tal cual lo habilita su accesibilidad comercial, podría genera síndromes con efectos diversos por acumulación del principio, tal como se observa en los “bloqueantes periféricos de lipasas”, de consumo popularizado y también de venta libre, donde una copiosa catarsis diarreica inicial con marcada deshidratación y especial desbalance del “marco colónico”, indica el comienzo de una serie de sucesos por la inercia remanente del principio. En este caso la digestión lenta y una mala fase absortiva, podría ser uno de los reflejos patológicos más comunes.
7) Los Profesionales de la Nutrición, enunciados previamente en
este artículo son, los MEDICOS NUTRICIONISTAS y las Lic.(s). NUTRICIÓN, siendo los
primeros altamente idóneos en el manejo de la prescripción farmacológica
pertinente y, las segundas, altamente entrenadas en alimentos y en estrategias
alimentarias. Ambos profesionales se complementan perfectamente en el equipo
interdisciplinario.
8) El cambio en el alcance del potencial digestivo en la luz del estómago, evitará la acidez y quizás el reflujo, pero podría enlentecer la digestión y este proceso, debe ser observado para evitar la cronificación y el agravamiento de situaciones gastroenterales sencillas o de base.
9) Todo lo expuesto
precedentemente NO se opone al consumo (algunas
veces vital) de estos medicamentos.
SÓLO INTERPONEMOS nuestra inquietud, observando aspectos fisiológicos básicos y
dando nuestra opinión al respecto, para abrir un espacio de debate y contribuir
con la SEGURIDAD GASTROENTÉRICA y NUTRICIONAL que los consumidores deben tener.
No hay comentarios:
Publicar un comentario