domingo, 10 de marzo de 2013

-57) Antiácidos de venta libre


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Fundación San Cayetano del Mar

-57)  Antiácidos de venta libre
                                                                                Prof. Eduardo Castro

(Este desarrollo incluye la aplicación del concepto de Didáctica Redundante, del mismo autor). 

Hipótesis de inicio:

1)    Los antiácidos de venta libre, deberían (de acuerdo a los conceptos que expresan nuestras hipótesis) llevar impreso en su envoltorio, en lugar perfectamente visible y con caracteres destacados, la enmienda: ANTES DE CONSUMIR ESTE MEDICAMENTO Y, MUY ESPECIALMENTE SI SE REPITE EL EPISODIO QUE MOTIVA SU TOMA, POR EL BIEN DE SU SALUD, CONSULTE CON UN MÉDICO.”

Descripción del problema:

Es normal que el estómago produzca ácido para ayudar a la digestión de alimentos, es la parte química de la digestión que se complementa con el movimiento físico o mecánico, que facilita el mezclado del ácido en la materia a digerir, con el objeto de obtener el “quimo” final.

La acidez es una sensación de ardor, molestia o quemazón en la boca del estómago. Cuando hay aumento de la producción de ácido en el estómago, pueden eventualmente, disminuir las defensas de las paredes estomacales contra el ácido o ambos factores se pueden presentar asociados. Y cuando la cantidad es excesiva, el ácido podría abandonar el estómago y refluir hacia el esófago, esta molestia (que incluye el riesgo concreto de cáncer de esófago), se puede sentir detrás del esternón como una sensación quemante de muy intenso ardor.


Las causas que favorecen la acidez son muy variadas. Por ejemplo, la ingestión de alimentos condimentados o con alto contenido de grasas, ciertos alimentos cítricos, el tomate y la cebolla entre otros. Comer en forma abundante o deprisa, estar largas horas sin ingerir alimentos. El alcohol y el tabaco también lo favorecen, al igual que ciertos analgésicos. El estrés es otra causa importante a tener en cuenta, no solamente por favorecer la aparición en forma directa, sino que se relaciona a comportamientos y hábitos que la facilitan. Finalmente, cada persona tiene particularidades que, en todos los casos, deben ser observadas, evaluadas y tratadas por profesionales universitarios.

El aumento de la presión sobre el estómago, como el embarazo, el sobrepeso y agacharse después de comer son causas mecánicas frecuentes del reflujo. También comer inmediatamente antes de ir a dormir (es conveniente esperar algunos minutos antes de acostarse y, consultar con el médico siempre). Por lo expuesto, uno de los más populares paquetes de recomendaciones, incluyen elevar la cabecera de la cama, para evitar facilitar el reflujo.


Los antiácidos son generalmente una combinación de tres sales básicas (magnesio, calcio, y aluminio) combinadas con iones de hidróxido o de bicarbonato. Vienen en presentación de pastilla masticable y líquido, siendo más inmediatamente efectiva la versión líquida.

Una vez declarada la acidez, el bicarbonato de sodio es una excelente posibilidad de disminuir el dolor, pero esto también debe estar supervisado por el médico y apoyado por la nutricionista, puesto que su exceso podría elevar peligrosamente la presión arterial.

Y, como todo esto se cura con “antiácidos de venta libre”, enumeramos el siguiente planteo, a consideración de las autoridades sanitarias, los colegas y la población en general.

2) La venta indiscriminada de antiácidos, posteriormente empleados sin la guía del médico o del profesional de la nutrición, puede ser altamente contraproducente para la salud del paciente. La problemática reiterada tiene un causal y debe ser investigado por los profesionales pertinentes.

3) La acidez se produce por causas que deben ubicarse y describirse pertinentemente. Esta es la tarea del Profesional de la Nutrición, entre otros. No es normal que sucedan hechos a repetición (quizás en lactantes podría verse más frecuentemente en el marco de la normalidad) y menos aún, que se cronifiquen en el tiempo. Recurrir a un antiácido sin previa consulta con el médico, aun siendo un medicamento de venta libre, podría ser un severo riesgo para la salud.

4) La reducción del ácido presente en la luz del estómago, por sí misma, amerita la generación de una dieta adecuada (o una adaptación de la misma) al momento biológico del paciente, de acuerdo a las leyes básicas de la alimentación. De otra forma, la misma ingesta habitual desde lo cuanticualitativo, se encontrará con menos “recursos digestivos”, lo que detendrá la materia en el estómago por tiempo más o menos prolongado, generando distensión y malestar general.

5) La prescripción médica sin la previsión del contexto en que se aplicará la estrategia farmacológica, podría ser contraproducente por cuanto la efectividad (en estos casos y considerando el punto 4) estará dada con la concurrencia complementaria del accionar profesional de una Nutricionista. En el caso de los “Venta Libre” sin la enmienda enunciada (en la Hipótesis 1 de Inicio, que dice lo importante que es concurrir a ver al médico ante un síntoma de este tipo), podría considerarse una inducción a dilatar la solución de un problema que, en todos los  casos, debe ser prontamente atendido. En el caso de los medicamentos recetados, inhibidores de bomba de protones, procinéticos, protectores de mucosa y otros menos populares, sin la indicación explícita de “visitar al profesional de la nutrición”, es claramente un despropósito, puesto que al cambiar las condiciones del medio digestivo (repetimos esto nuevamente), necesariamente debe ajustarse la dieta y, una vez más lo digo, no existe en el universo científico profesional más idóneo en el empleo de alimentos (por formación y por experiencia), que una Nutricionista.

6) El consumo crónico y sostenido en el tiempo, tal cual lo habilita su accesibilidad comercial, podría genera síndromes con efectos diversos por acumulación del principio, tal como se observa en los “bloqueantes periféricos de lipasas”, de consumo popularizado y también de venta libre, donde una copiosa catarsis diarreica inicial con marcada deshidratación y especial desbalance del “marco colónico”, indica el comienzo de una serie de sucesos por la inercia remanente del principio. En este caso la digestión lenta y una mala fase absortiva, podría ser uno de los reflejos patológicos más comunes.

7) Los Profesionales de la Nutrición, enunciados previamente en este artículo son, los MEDICOS NUTRICIONISTAS y las Lic.(s). NUTRICIÓN, siendo los primeros altamente idóneos en el manejo de la prescripción farmacológica pertinente y, las segundas, altamente entrenadas en alimentos y en estrategias alimentarias. Ambos profesionales se complementan perfectamente en el equipo interdisciplinario.

8)
El cambio en el alcance del potencial digestivo en la luz del estómago, evitará la acidez y quizás el reflujo, pero podría enlentecer la digestión y este proceso, debe ser observado para evitar la cronificación y el agravamiento de situaciones gastroenterales sencillas o de base.

9) Todo lo expuesto precedentemente NO se opone al consumo (algunas veces vital) de estos medicamentos. SÓLO INTERPONEMOS nuestra inquietud, observando aspectos fisiológicos básicos y dando nuestra opinión al respecto, para abrir un espacio de debate y contribuir con la SEGURIDAD GASTROENTÉRICA y NUTRICIONAL que los consumidores deben tener.

 

 

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