jueves, 12 de agosto de 2010

NUTRICION EN PROGRAMACION FAMILIAR

www.fsancayetanodelmar.org

Fundación SAN CAYETANO DEL MAR Semana de la Alimentación Sana: Art 4
Legajo Pers. Jurid. 176562
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Nutrición en Programación Familiar®
(para la Fundación San Cayetano del Mar)
Por el Lic. Eduardo Castro
Parte I: De Novo.
No queremos ni podemos, desde este sencillo método, modificar absolutamente nada, sólo ofrecemos “potenciar las posibilidades naturales” para incrementar las posibilidades y simultáneamente, reducir los riegos que describiremos detalladamente más adelante.
Programar naturalmente la familia es, entre otras cosas, respetar la dignidad de la vida, por cuanto se establece la llegada de un nuevo ser en el momento justo en que se aprecia oportuno, a la luz del entorno y de las circunstancias en que vive la familia. No es una sorpresa la llegada de un hijo (no debería serlo), sino que es una búsqueda lógica en el marco de un entorno bioquímico y fisiológico optimizado, lo que entrega mayor seguridad en general, al disminuir ciertos riesgos conocidos.
En realidad, sólo estamos ampliando el uso y la costumbre de nuestra población, hacia una acción más detallada y completa, ya que podemos decir que “estamos programando” (también desde lo nutricional), cuando iniciamos la toma de Ácido Fólico treinta o sesenta días antes del supuesto inicio del embarazo.
Ahora, con algunos detalles que entregan más precisión y seguridad, proponemos algo parecido, sin dejar de lado lo mencionado y en el marco de lo estrictamente natural, sugiriendo cursos particulares de acciones alimentarias, y permitiendo que sea la pareja quien en su intimidad, decida lo que entienden corresponder a su proyecto de familia.
Desde lo político decimos que, creemos que esta etapa inicial (nos referimos al milagro de una nueva vida), es tan importante, tan compleja y tan delicada que, por el bien de la población de la Nación Argentina, sería oportuno estudiar la posibilidad de legislar, afianzando lo establecido en este aspecto y promoviendo nuevos derechos (a determinados recaudos en salvaguarda de una nueva vida) de las mujeres con relación laboral, al comienzo y durante el primer trimestre de gestación (nada menos que la embriogénesis), considerando lo delicado del mismo, tanto para el hijo como para la madre.
Creemos que el pueblo de la Nación Argentina puede verse altamente beneficiado con este programa, al facilitar el embarazo deseado en el momento adecuado (programado), sumando seguridades al acto humano de la concepción y permitiendo articular con la realidad laboral y social de cada pareja.
La programación familiar es un acto de responsabilidad que, además de la trascendencia que implica la llegada de un hijo, puede atenuar o erradicar los efectos adversos que influirán luego, durante el resto de nuestra existencia terrenal. Por esto nomás decimos que… creemos que vale la pena intentarlo.
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Pensemos juntos un poco.
_Cómo podríamos suponer que la alimentación estaría ausente en una actividad vital como lo es la reproducción? O bien, _Qué sería de la “salud reproductiva” sin el aporte del sustento, que genera el sustrato básico, a partir del buen estado nutricional de una pareja?
Justamente, lo que pretendemos es promover la calidad del “material genético”, como forma de favorecer la concepción en las mejores condiciones posibles, para contribuir a que la transmisión de caracteres sea “precisa” y sin defectos, al igual que la implantación del huevo (o zigoto), y el inicio de la gestación propiamente dicha.
Es justo decir que, es tan importante la actividad reproductiva, que aún en condiciones adversas, en medio de una desnutrición aguda o en el contexto de un acentuado síndrome metabólico, la calidad mínima necesaria del genoma (o “capital genético”) de óvulos y de espermatozoides está, cierta y naturalmente resguardada y garantizada por vías bioquímicas y procesos fisiológicos, que “pareciesen al margen” del patológico entorno de desequilibrio homeostático al que pertenecen.

También es necesario recordar que no es fácil concretar un embarazo, al menos no en los términos de “decidirlo” voluntariamente, considerando que más del 70 por ciento de las veces en que “existe intencionalidad”, se presenta oportunamente un fracaso y, la sumatoria de reiterados fracasos (en un marco de normalidad psicofísica de la pareja), sugiere trabas desde aspectos básicos del orden neuroquímico y neurofisiológico, que tienen también una importante componente del orden psicológico, desde el estrés hasta la ansiedad moderada.

Nuestras líneas de investigación nos sugieren que las alteraciones genéticas (por carencias o por excesos) que originan errores como por ejemplo, la Trisomía del Par Homólogo 21 (el Síndrome de Down), o el XXY (Síndrome de Klinefelter), están más allá del estado nutricional propiamente dicho y se relacionan, concretamente y según suponemos, a otras vías enzimáticas y hormonales (que nuestra Fundación espera poder presentar a la ciencia y a la gente en general hacia fin de este año), todo esto a partir de parejas consideradas normales (esto es lo complicado de estas realidades accidentales), que no inducen la idea de hijos con alguna alteración genética; no obstante y claramente, podemos afirmar que, el aporte de la Nutrición como ciencia a la Concepción Humana Programada (por la pareja misma, con apoyo técnico de un profesional idóneo y en este caso gratuitamente), entrega invariablemente resultados esperables, disminuye riesgos naturales y coadyuva a la unión de la familia en el más trascendentes de sus actos humanos.


En una palabra, la Nutrición aporta un importante respaldo al proyecto serio y consensuado de familia que tuviese una pareja, facilitando el objetivo en las mejores condiciones posible, optimizando las viabilidades y reduciendo los riesgos que operan naturalmente en esto; y además, adecuadamente empleada, ayuda a potenciar las funciones psicofísicas de los integrantes de la pareja, lo que permite disfrutar naturalmente de lo mejor que ofrece la vida en estas circunstancias, incluido también un producto espiritual, como es el amor en todas sus dimensiones.

Recordemos algunos conceptos básicos:
En la reproducción sexual se produce un nuevo organismo por unión y posterior fusión de células denominadas “gametos”. Los masculinos se generan en los testículos del varón y se denominan espermatozoides, y los gametos femeninos son producidos en los ovarios de la mujer, y se conocen como óvulos. Estas células se denominan “haploides” (la mitad), ya que contienen el “número cromosómico” 23, y se diferencian de las “células somáticas” (del resto de la estructura corporal) cuyo “número diploide” alojado en el núcleo celular es de 46; es decir que, cada gameto aportado por varón y mujer, contiene la mitad de esta información que da lugar a una nueva vida humana, al juntar los 23 cromosomas provenientes de cada uno de los integrantes de la pareja.
La etapa pre natal se desarrolla en el vientre materno, desde la concepción del nuevo ser hasta su nacimiento.
Básicamente nosotros proponemos que esta etapa se inicie como resultado de una decisión tomada por la pareja, en medio de recaudos naturales, periféricos y apropiados. Esta adecuación es posible con el apoyo de un profesional, y mediante acciones oportunas que, entre otras cosas, contribuyan naturalmente al embarazo deseado, desde una alimentación adecuada que, una vez más, recomendamos sea diseñada por un profesional de la nutrición.
Esta etapa transita tres períodos. El período zigótico, el embrionario y el fetal.

Periodo zigótico: Se inicia en el momento de la concepción, luego de la unión, cuando el espermatozoide fecunda al óvulo (ingresa a su interior) y se forma el huevo o zigoto. Este huevo comienza entonces a dividirse y subdividirse en diferentes células y aumenta de tamaño hasta formar el embrión. Todo este proceso, especialmente el de la fertilización del óvulo no es sencillo y exige por parte del espermatozoide una calidad y una energía determinada (para vencer la “zona pelúcida” del óvulo, una especie de barrera defensiva natural), sin la cual no logra su objetivo. Luego, al final de la segunda semana, este conjunto celular se arraiga en el útero.

Periodo embrionario: Dura entre 5 y 7 semanas, en las cuales el embrión se subdivide en tres capas que se van diferenciando hasta formar un esbozo sistémico (de los diversos sistemas y aparatos corporales). Este período es particularmente delicado y debe tener el descanso y la quietud necesaria (justamente todo lo alejado posible del concepto de estrés y presiones sociales/laborales), tanto como la disponibilidad de energía necesaria, para la buena respuesta de adaptación metabólica al nuevo proceso.

Periodo fetal: Es el final del embrión. El feto ya tiene la forma moldeada por el genoma de un ser humano, que después de desarrollarse activamente durante los siete meses restantes, emerge del claustro gestacional en el momento del nacimiento. Este momento también (todo el proceso en realidad) necesita de la adecuada alimentación, que tiene estadíos diferentes a lo largo de los nueve meses, con cambios en los requerimientos y con adaptaciones particulares que, inevitable y prudentemente, requieren la presencia de un profesional de la nutrición.

Principios de este sencillo programa:
Sencillamente decimos que propiciamos potenciar la “calidad” del material genético, de forma indirecta si Usted lo prefiere, optimizando la condición física de cada integrante de la pareja, desde la adecuada alimentación la que, lógicamente deviene en la correcta nutrición y de allí al adecuado balance homeostático que, entre otras cosas, favorece la calidad del óvulo y la potencialidad del espermatozoide, reduciendo sensiblemente las posibilidades de errores en la transmisión de la información genética que dará origen al nuevo ser.
Existe una diferencia sustancial entre la preparación previa más común entre nosotros, al respecto del embarazo programado, la conocida toma del ácido fólico, y la esencia de esta nueva propuesta nutricional; nosotros pretendemos inferir indirectamente sobre la “calidad del material genético” (la cual en definitiva tiene características específicas y particulares relativas a cada individuo, por cuanto se pretende “potenciar” lo que realmente existe, sin posibilidad para este método de “modificar” absolutamente nada); mientras que la toma del ácido fólico pretende “adecuar el medio” en el que se desarrollará el feto una vez establecido. En este orden decimos que ambas cosas son importantes, por ejemplo, si está clara la conveniencia del consumo de ácido fólico, considerando el futuro desarrollo del tubo neural entre otras cosas, ¿por qué no aceptar que el consumo de vitaminas como la E, la D y del grupo B, son también sustanciales entre las prioridades que necesita un feto en su desarrollo?
Sigamos razonando un poco, entre todos. Veamos:

_Si atribuimos una directa relación entre el estado nutricional de una persona y, por ejemplo, la calidad de sus uñas (de manos o de pies); ¿cómo podríamos no relacionar a la calidad de la alimentación (que es el acto de ingerir comidas o alimentos, del cual deviene la nutrición, que es la absorción de nutrientes en el tracto intestinal mayoritariamente), con la calidad de los productos portadores de la información genética, los espermatozoides y el óvulo?

Por ello, y ahora hablando de la “transmisión genética en sí” (no de la calidad del medio interno, que es el cuerpo de la madre), es clara la influencia de la nutrición en la “generación” de espermatozoides (espermatogénesis), su calidad, sus condiciones de maduración y sus potencialidades, de cara al “largo viaje” que debe realizar antes del gran reto que implica tratar de “perforar” la dura membrana protectora del óvulo.
Básicamente, la esparmatogénesis tiene una duración de 74 días, en diferentes etapas que se desarrollan en los tubos seminíferos de los testículos, a partir de células inmaduras denominadas “espermatogonias”. En la parte final decimos que los espermatozoides maduran a razón de 300 millones al día, y una vez eyaculados tienen una esperanza de vida que no supera las 48 (hay autores que mencionan 72) horas en el interior del tracto reproductor femenino. Esto apoya la importancia de la “programación familiar”, ya que los óvulos solo viven poco más de 24 horas, y con ello explica muchos fracasos en la búsqueda del embarazo, y afianza la necesidad de una adecuada alimentación.
Estos espermatozoides se encuentran “nadando” en el semen, que tiene también productos aportados por las próstata y las glándulas de Cowper, en un volumen promedio de 3,8 ml, que constituye una eyaculación que contiene de 50 a 150 millones de espermatozoides por mililitro, y el resto son productos que ayudan al desplazamiento, conservación y alimentación de ellos durante el viaje camino al óvulo. Aquí hay otro indicio de la importancia de la alimentación, ya que si ella no es adecuada, la calidad de estos productos será directamente proporcional a la disponibilidad nutricional con que cuente el individuo involucrado. En otras palabras:

La formación del ovulo se denomina “ovogénesis” e involucra un proceso en etapas, que termina con el óvulo maduro y “vertido” en las trompas uterinas (de Falopio), que lo llevan camino al útero, donde ya es susceptible de ser abordado por algunos de los espermatozoides (los que llegaron, que son muchos menos de los que partieron), y producir con ello la fecundación correspondiente, que da lugar al huevo y continúa como detallamos anteriormente.
Esta “fecundación” depende de múltiples factores o variables. No es fácil para el espermatozoide “penetrar” la estructura de protección exterior del óvulo, que es además un cuerpo gigante comparado con la masa del viajero que llega. Uno de estos factores es entonces, la “condición física” (por llamarlo vulgarmente a los fines didácticos), que tenga el espermatozoide, que llega “cansado” después de un viaje muy largo (aquí pensemos que 15 cm es una muy larga distancia para un cuerpo de 45 micrómetros, incluida su larga cola, sin considerar múltiples complicaciones como la gravedad, el camino escarpado y las condiciones acidobásicas del mismo), que además al llegar, emprende la titánica lucha contra un “monstruo” diez mil veces más grande que él. Como verá, no es fácil.

Finalmente y para no abundar en detalles técnicos que aburren y terminan confundiendo (éste es el efecto académico del complejo tema de la genética), simplemente esperamos que comprenda el fundamento que da pie a este programa, que tendrá diferentes resoluciones alimentarias, conforme el cuadro que la pareja presente y según el criterio establecidos en nuestras bases técnicas, que son operadas por nuestros profesionales gratuitamente y a su servicio. Concretamente, cada cuadro podrá presentar diferentes necesidades nutricionales y será el profesional quien las advierta, evalúe y adapte, para que Ustedes logren concretar el noble objetivo de familia que se proponen.

Cómo establecer la programación familiar:
Considerando que quedó claro la importancia del aporte nutricional a la programación familiar que proponemos y las ventajas que de ésta se pueden obtener, veremos ahora la forma de llevarla a cabo. En principio verá Usted que proponemos una panilla, la cual puede recortar del diario, fotocopiarla del mismo diario o bien solicitarla gratuitamente en nuestro portal www.fsancayetanodelmar.org, a nuestro correo fsancayetanodelmar@hotmail.com.ar, o en la sede de nuestra fundación, Av. Independencia 2417 en la ciudad de Mar del Plata. Luego de completarla con los datos pertinentes, pueden solicitar un turno de atención gratuito al teléfono (0223) 492 – 2440; los días estipulados para la atención gratuita de este programa son, los lunes de 09.00 a 16.30 horas. En el momento de la atención, el profesional evaluará las necesidades planteadas mediante un programa informatizado especialmente diseñado y, si no encuentra impedimentos patológicos, entregará en el acto el desarrollo de las recomendaciones alimentarias y nutricionales que resultasen necesarias para optimizar el inicio del embarazo en la fecha correspondiente.

En general, no será necesario que concurra la pareja, con la sola presencia de uno de sus integrantes y los datos debidamente conformados alcanzarán y, no es necesario regresar a la consulta nutricional por este tema, aunque si viene la pareja nos parece mejor y siempre serán bienvenidos a consultar dudas o eventuales modificaciones en lo programado.

Básicamente diremos que, de acuerdo a lo que conocemos, el “período fértil” se extiende en promedio, no mucho más allá de 5 días (entre 4 y 8 días, depende de los autores), y que éste no será siempre y en todos los casos establecido con exactitud, porque es natural en algunas mujeres la irregularidad de sus períodos. De todas formas, aún en casos de irregularidad, recomendamos la “programación del embarazo”, por las razones desarrolladas precedentemente.
Concretamente:

Cuanto más tiempo de preparación/programación pueda tenerse, por ejemplo, desde dos meses antes, momento en que el médico recomienda el inicio de la ingesta del ácido fólico y el nutricionista complementa con la correspondiente alimentación, mejor serán las posibilidades reales de un embarazo más seguro.

Finalmente:
Como nutricionista y además de todo lo expuesto, te comento que ante la posibilidad de un embarazo, es conveniente disminuir la comida chatarra y reestimar la ingesta de grasas procedentes de las carnes rojas y los quesos (que como fuente de proteínas de alto valor biológico no deben dejarse de lado, cuidado con ésto), incluso como parte de esta programación, para evitar nauseas intensas y vómitos reiterados, en el cuadro que conocemos como hiperémesis gestacional. Fijáte una cosa, por un lado te planteo no abusar de las carnes rojas y por otro lado te digo, ¡cuidado, no perdamos la ingesta de proteínas de alto valor biológico! No es un contrasentido, es simplemente la complejidad que exige la “armonía alimentaria”, después de cálculos y apreciaciones; por lo que me gustaría que veas lo importante que es para tu salud, consultar con un profesional de la Nutrición. También el aumento de la ingesta de vegetales y fibra dietética en general será muy útil, tanto como ciertos ejercicios de bajo impacto, que te ayudarán a oxigenar y a optimizar tus posibilidades de embarazo, y también contribuirán a tu recuperación post parto, lo que no es poca cosa, creeme.

De todas formas, la decisión final será siempre de la pareja y esto, que pretende ser una ayuda de carácter netamente positivo, de ninguna manera debe constituir una invasión de la privacidad o algo que genere incomodidades, todo lo contrario.



Formulario
Programa de Nutrición en Planificación Familiar
(servicio gratuito) NI:……………./……….

Datos de la pareja
Varón
N. y Apellido:………………………………Fecha de Nac. …/…./… Edad:….
Ocupación:……………………….. Domicilio:………………………………..
Hace actividad física deportiva? SI – NO Que Deporte?.............................
Enfermedades Congénitas:……………………………………………………..
Enfermedades Crónicas:………………………………………………………..
Enfermedades Agudas (actuales) ……………………………………...............
Cuantas horas duerme?....................... Cuantas comidas hace al día?.................
Describa sintéticamente (en 20 palabras) su dieta:



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Datos a llenar por el Profesional: Peso:….. Talla:…… IMC:…...PA:………
Obs:


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Mujer
N. y Apellido:…………………………….. Fecha de Nac. …/…./… Edad:….
Ocupación:……………………….. Domicilio:………………………………..
Hace actividad física deportiva? SI – NO Que Deporte?............................
Enfermedades Congénitas:……………………………………………………..
Enfermedades Crónicas:………………………………………………………..
Enfermedades Agudas (actuales)……………………………………………....
Cuantas horas duerme?....................... Cuantas comidas hace al día?.................
Describa sintéticamente (en 20 palabras) su dieta:



Es regular en sus períodos? SI – NO Qué días menstrúa normalmente?.........
---------------------------------------------------------
Datos a llenar por el Profesional: Peso:….. Talla:…… IMC:….....PA:……..
Obs:



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Resultados y sugerencias con relación a la Planificación
Fecha de unión recomendada:
…/…/… O cuando existan indicios de ovulación….
Recomendaciones dietéticas:





-----------------------------Firma y Sello Profesional

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