jueves, 12 de agosto de 2010

Obesidades, una pandemia asesina.

www.fsancayetanodelmar.org

Fundación SAN CAYETANO DEL MAR Semana de la Alimentación Sana: Art 3
Legajo Pers. Jurid. 176562
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Obesidades, una pandemia asesina
(Para la Fundación San Cayetano del Mar)
Por el Lic. Eduardo Castro

Estamos tan acostumbrados a convivir con el sobrepeso y con la obesidad, que ya no llama la atención de nadie mencionar los peligros reales que conlleva, y menos aún, analizar las causas que la genera.
Alguna vez hemos tenido epidemias de tabaquismo, otras de etiología diferente y ahora, desde hace unos 5 años, estamos consolidado globalmente este flagelo al que “alimentamos” cada vez más, que es una enfermedad crónica no transmisible (ECNT) que ha superado en víctimas fatales a las infecto contagiosas, y que se propaga exponencialmente merced a las condiciones socioeconómicas y educacionales imperantes.
Mencionaba los 5 años, porque es el momento en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró públicamente que no podía controlarla; en realidad, basta con repasar las estadísticas, para comprobar que hace 20 años que venimos consolidando esta problemática.
Quizás sea hora de comenzar a hacer algo. Antes de que sea tarde, individualmente hablando, porque están dadas todas las condiciones para que Usted aumente su peso; su casa está muy bien calefaccionada, su heladera tiene excelentes alimentos para hacer una buena picada, hace frío y mejor miro la tele; su LCD de 42 y sus periféricos son el centro de su universo y dale, total cuando venga el calorcito camino un poco.
Mencionábamos que está todo listo para que aumentes de peso, y agregamos también, para que comprometas tu equilibrio metabólico, para que arruines tus riñones, para que veas cada vez menos y en general, para que envejezcas prematuramente apoltronado en tu sillón favorito, custodiado por una cálida (por las calorías que tiene… digo) picada, en presencia del eje rector de tu vida invernal, su majestad omnimedia, laaaa…TELEVISION.
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Al comienzo, en el título, seguramente leíste una palabra que no te sonó del todo bien. Cómo es eso de Obesidades? Lo dejamos para analizar más adelante y, desde ya, de ninguna manera voy atacar a la televisión o a la calefacción, porque hacerlo sería mentirme, ya que a mí también me gusta la tele y la picada; simplemente voy a describir el contexto “obesogénico” (dice, que promueve y genera obesidad), con el objeto de identificarlo y desde allí decidir cómo adaptarlo para reducir su patogenidad (que tiene capacidad de generar enfermedades desde su naturaleza).
Ya vimos, en el artículo anterior, cómo calculábamos el IMC (índice de masa corporal), y cómo encontrábamos personas (un importante cantidad), con índices superiores a 25, en lo que llamamos “sobrepeso” y que admite esta descripción hasta el número 30, en general. Si Usted no leyó el artículo anterior, y no sabe cómo calcular su IMC, puede encontrarlo en nuestro sitio www.fsancayetanodelmar.org, y luego lo invitamos a concurrir a un nutricionista matriculado, para que ponga en contexto (con bases científicas) su realidad alimentaria y nutricional, para mejorar su calidad de vida.
Hoy vamos a hablar del estadío avanzado, es decir, que supera al número 30, y al que conocemos como Obesidad 1, que se extiende hasta el índice número 35, y luego pasa a ser Obesidad 2, y que al superar el número 40, se denomina Obesidad 3 y tiene carácter mórbido avanzado, por cuanto es una complicada realidad para la salud de estas personas.

La Obesidad?
Varias pueden ser las descripciones posibles para esta morbilidad (enfermedad); dependiendo de la escuela del investigador que la describa, de la experiencia del profesional en esta área de la salud, etc.
La más simple es aquella que la refiere como, “una enfermedad multifactorial, resultante de la interacción de varios componentes circundantes, de los que se destacan prioritariamente dos de ellos, el aspecto genético que dio origen al individuo y el aspecto ambiental, donde se desarrolló esta persona”.
Mantenemos en mente el término multifactorial, ya lo ampliaremos.
Los investigadores asiáticos, en general, refieren “una enfermedad heterogénea de origen multigénico”. Por otro lado, la escuela americana prefiere simplificar diciendo que es una “enfermedad definida por exceso de grasa corporal”. Y la escuela europea, un poco más ortodoxa en sus apreciaciones dice que es, “la patología metabólica y nutricional más frecuente, eje central del Síndrome Metabólico, que está asociada a varias morbilidades interactivas y que socialmente presenta características estigmatizantes, que potencian las deserciones de los tratamientos dietoterápicos, o bien inhiben a la mayoría de los obesos a concurrir a la consulta correspondiente, refugiándose en dietas publicadas en medios gráficos, que sólo le ocasionan rebotes y aumento de complicaciones en general”.
Como vemos, no estamos hablando de una simple molestia. Este es (la enfermedad obesidad) un “monstruo letal y silencioso” que no molesta y que se “acomoda” en el sillón mientras avanza en la degradación funcional del organismo, hasta que un día, casi de repente, el pre infarto nos pone en el camino obligado de la dietoterapia, pero….. claro, ahora el cambio de hábitos es mucho más difícil.
Dice mi Maestra (la Dra. Katz de la UFAVALORO), que “la genética NO ES DESTINO” (curso de Posgrado en Obesidad, capítulo 4), y esta frase merece un análisis a la luz de lo que venimos exponiendo, porque en realidad, se puede “paliar” efectivamente este flagelo, y me parece que Usted está en camino, considerando que ha leído esto hasta aquí.
Cuál es la principal causa de esta problemática?
En general, podemos decir que es un desorden alimentario descripto como “sito adicción” o adicción a las comidas. Es un cuadro múltiple que empieza a gestar el embrión del estigma, en medio de depresión, ansiedad y con la necesidad de soporte psicosocial.

Y… cómo hacemos?
Bien, en principio, debemos aclarar que la “dieta mágica” no existe. Que todo tiene que ver con la “racionalidad” (de allí la importancia del acompañamiento psicoterapéutico), con la “voluntad” y con la “motivación”.
Racionalidad para emprender el camino lógico y adecuado. Voluntad para llevar a cabo los pasos que acuerde con su nutricionista; y motivación inteligente, que llegue antes en el tiempo, para evitar tener que comenzar este proceso al egreso del hospital, luego del pre infarto.

Pero… qué podemos hacer concretamente?
Lo necesario es, en este caso, también lo más urgente. Se llama CAMBIO DE HÁBITOS y se relaciona a lo alimentario y a la necesidad de erradicar paulatinamente su “sedentarismo”, con el objeto de “poner en valor su salud”. En otros términos, los Antropometristas hablamos de “refuncionalizar”, es decir, adquirir nuevamente las capacidades funcionales de todos los sistemas que interactivamente, operan de manera especializada en nuestro cuerpo.
Este cambio de hábitos, para que sea efectivo (y le ruego que tome esto en serio y que no espere a que “el monstruo silencioso lo atrape”), es mejor llevarlo delante de la mano de un nutricionista, o mejor aún, de un equipo médico interdisciplinario, donde no faltará el médico clínico, el nutricionista, el psicólogo y el profesor de educación física.
Este cambio de hábitos es, en realidad y como puede ver, multifactorial; por un lado es necesario adquirir adecuados hábitos alimentarios y por el otro es importante “empezar a moverse”. Pero, considerando que Usted no está “en forma”, tiene poco sentido (y puede ser peligroso), que pretenda desarrollar alguna actividad sin control profesional; lo mismo en el caso de la “nueva alimentación”, que debe ser balanceada, adecuada a sus necesidades y monitoreada por un profesional; incluso, si Usted está tomando alguna medicación (por ejemplo, para regular su presión arterial), su régimen dietético debe contemplar esta medicación, y eso lo hace solamente un profesional.
Si Usted no quiere o no puede concurrir a un consultorio, llámenos por teléfono a nuestra Fundación (en Mar del Plata, (0223) 478 – 9685), o escríbanos a fsancayetanodelmar@hotmail.com.ar y nosotros lo atenderemos y le daremos respuesta..
No puede decir ahora que no tiene solución su problema; de Usted depende su salud, y de ella, el bienestar de los que lo rodean y lo quieren.

Analicemos algunos conceptos:
Inicialmente podemos decir que, en general, todos somos Bulímicos y esto nos lleva a describir, en este caso de forma básica al comportamiento del obeso, que en realidad y en alguna medida, es el comportamiento de muchos de nosotros. Lo común es la incapacidad de verbalizar fehacientemente (es decir no argumentando cualquier cosa, sino hablando verdades concretas y comprobables), y lo más común es la opción más cómoda, no analizar ni conceptuar.

Veamos algunas de las inconexiones e incapacidades verbalizantes del obeso:

1) La persona obesa, en general, desea curarse, pero no quiere “por ahora”, que la ayuden a curarse.

2) Conoce sus riesgos pero, no quiere que se los recuerden. Como no se siente mal, en general, niega o minimiza la problemática que lo contiene.

3) Reniega del estigma social que lo cataloga, y a la vez e internamente, lo exacerba. Se automargina.

4) Su autocompasión se magnifica cerrando sus fronteras a la comunicación con terceros y generando un universo de fantasía en el que, la “conducta ingestiva” es un paliativo emocional.

5) Autogenera su propia filosofía para posponer su diagnóstico y tratamiento, lo que le ayuda a sustraerse de la realidad circundante y, fundamentalmente (a modo de bandera), enarbola sus decisiones facilistas y asume como normal su conducta autodestructiva.



Los tipos de Obesidad:
En realidad los tipos son más de los que parecen, incluso las combinaciones de una y otra línea generan una amplia y variada gama, lo que da lugar a confusiones y esto lleva a errores conceptuales que nos alejan de la solución.
Veámoslo sencillamente:

1) La Obesidad Infantil: es aquella que, liderada por una genética de base o bien desarrollada por el exceso de alimentación desde muy temprana edad, termina con forma hiperplásica (generando más células adiposas). Lo llamativo de esta forma, que en realidad es poco reversible, es que “bien tratada” suele no presentar complicaciones metabólicas y permite una buena calidad de vida, aún con este excedente de peso que soporta la estructura esquelética, que ya viene adaptada desde el comienzo. No quiero decir que esto es bueno, ni mucho menos; simplemente describo el tipo y las consecuencias, a la luz de la experiencia médica en este orden.

2) La Obesidad del Adulto: Delgado de joven, escaló en la balanza luego, conforme pasaron los años, esto es muy lógico y no debe asustar a nadie.
Es aquella desarrollada, en general, a partir de los 30 años. Comienza con un sobrepeso que, en la cronicidad, supera el IMC 30 y sigue escalando. Técnicamente decimos que es hipertrófica, es decir que se agranda el tamaño del adiposito (que es la célula de almacenamiento de grasa), y que vemos que puede “romperse” con masajeadores vibratorios muy de moda últimamente, cómprelo ya!!!

Aquí hacemos un especio reflexivo y razonamos…
Usted me pregunta a mí: _“Se puede romper la célula de almacenamiento graso, mediante vibraciones de determinada frecuencia y con una intensidad específica? La respuesta es: _ Sí. Es técnicamente posible.

Ahora, yo le pregunto a Usted. _Dónde cree que van a parar los componentes grasos que se “desprenden” de su alojamiento natural? Se “queman”? Cómo? Se volatilizan? De qué forma?
No. En realidad todo lo que “eventualmente se desprendiere” de sus células irá (tarde o temprano) al torrente sanguíneo; de allí intentará descargarse por riñones y salir por orina, pero, el ultrafiltrado glomerular de sus riñones probablemente no permitan pasar a tamañas moléculas (salvo que sus riñones estén deteriorados), con lo que estas pesadas partecitas de grasa (no importa ahora cuál es el nombre técnico), se podrían convertir en elementos aterogénicos (dice que generan acúmulos ateroesclerósicos) que pueden “trabarse” en cualquier parte de un vaso, sobre todo si ya está medio obstruido, llevando al taponamiento venoso tan popular en estos días.

Este tipo de obesidad tiene la característica saliente de dos patologías específicas (entre otras del síndrome), que es el Hambre Hedónico (de origen netamente emocional y que “amura” el hábito de ingesta elevada); y la Apnea de Sueño, una especie de interrupción del ritmo respiratorio, con despertar súbito y sudoraciones asociadas. Todo esto es indicio de desbalance homeostático, pro patológico crónico.
Conclusión; cuidado, consulte a su médico.

3) La Obesidad Posparto: es la consecuencia lógica de gestaciones múltiples, en estricta relación con el somatotipo de cada mujer, que tiene afinidad con su genética de base y con los hábitos de vida de esta persona. Tiene un grado de reversibilidad interesante y, siempre contando con la “voluntad” del paciente, es posible “armonizar” lo estético con lo saludable de varias formas, mediante profesionales especializados.

4) La Obesidad Ginoide: es común en mujeres, especialmente en madres, aunque su expresión se manifiesta (en el tiempo), también en aquellas mujeres que no lo son. Es el acúmulo graso en caderas y glúteos, que dan forma de “pera” y que caracteriza a los rasgos netamente femeninos. De nuevo, cuidado con los tratamientos mágicos y lo mejor es recurrir a un profesional idóneo.

5) La Obesidad Androide: es la que se gesta, en mi opinión, desde los 30 años en adelante, desde el sobrepeso hasta consolidar el IMC 30 y más aún, y se afianza luego de los 40 años, aumentando el diámetro de la cintura en razón de la acumulación grasa en esta zona, que es una característica generalmente masculina. El aumento del diámetro de la cintura es directamente proporcional al riesgo cardiovascular y existen tablas al respecto, que su profesional de confianza le puede explicar. También las alteraciones metabólicas que desfuncionalizan imperceptiblemente, hacen de esta obesidad, una de las más complejas de tratar.

Técnicamente podemos decir que se observan sujetos OXIDADORES DE GRASAS naturales, a quienes los Antropometristas denominamos mesomorfos y ectomorfos, que se caracterizan por tener coeficientes respiratorios generalmente bajos, y cuyo peso suele ser adecuado sin necesidad de mayores esfuerzos; y otros son, en general, OXIDADORES DE HIDRATOS DE CARBONO, conocidos como endomorfos, cuyo coeficiente respiratorio es casi siempre y naturalmente más alto, lo que ahorra el consumo energético de la reserva y además la incrementa en forma de más grasa acumulada, que es finalmente, la mayoría de los varones caucásicos de nuestra comunidad. Últimamente en nuestra comunidad, quizás por la época invernal, vemos un incremento de los casos de síndromes respiratorios (EPOC en la mayoría de los casos), en estas personas obesas.

6) La Obesidad Posmenospáusica: es la correspondiente al período biológico femenino en el que las alteraciones hormonales, generan desbalances más o menos severos y de variable complejidad, que es imperioso controlar. Uno de estos desbalances es la presencia de hiperingesta y el aumento de peso, en el marco de un cuadro psicosomático que debe ser tratado por un equipo interdisciplinario.

De todas formas es justo aclarar que, las obesidades tienen su origen en lo metabólico y no en lo psicológico, más allá de las componentes culpógenas y estigmatizantes de las que ya hablamos; y, finalmente, que le parece? No cree que corresponde referirse a “las Obesidades”, en relación a la pandemia mundial; por contraposición a “la obesidad”, que es la instancia y característica patológica individual de una persona?

Tres aspectos que se asocian a las obesidades:
Ya mencionamos el origen heterogéneo de las causas de la obesidad, y de allí también dijimos que era un ente multifactorial; ahora veremos solamente tres de estas de estas causas (las más comunes) que promueven el aumento de peso en nuestros días, y una cuarta, que parece ser la “madre” de todas las otras.

1) El sobreconsumo: Es poco en realidad lo que podemos agregar a este concepto. Está claro que la enorme disponibilidad alimentaria actual es el marco potenciador de esta pandemia. El mal hábito alimentario ha ido incrementado la ingesta y la gran disponibilidad de alimentos, su fácil acceso y la posibilidad de comprarlo en cómodas cuotas, incluso sin moverme de mi casa, ha favorecido esta exacerbada ingesta hasta el punto de establecer la actual pandemia. En algunos casos nos dicen que “comer tal cosa es sinónimo de pertenecer a tal otra”, y como esa idea nos seduce, no pensamos y masticamos (total, mañana veo cómo me muevo un poco). Finalmente, la entrega de comida a domicilio, el Fast Food, el estrés diario, la necesidad de comer enlatado, coadyuva para que el peso se eleve y con ello también la presión arterial, el colesterol y la glucemia, entre otros factores que desbalancean la armonía homeostática.

2) El sedentarismo:
Ahora que estamos en invierno, claro, hace frío; luego en el verano tendremos calor, e invariablemente todo el año tendremos una excusa para posponer el momento de la actividad física. Por otro lado la calefacción y el aire acondicionado (la moderna normotermia ambiental), no nos obliga a quemar calorías para defendernos del frío y, además, cada vez dormimos menos y cada vez vivimos más cansados, producto del desbalance consumo/gasto calórico, con metabolismos alterados o deprimidos, con cuadros endotóxicos de avance progresivo, e inmersos en depresiones que marcan claramente el comienzo, del final de nuestra “calidad de vida normal”. Pero seguimos sentados y aportando copiosas cantidades de comida a nuestro intoxicado sistema digestivo, porque no es cuestión de interrumpir el “pseudo” bienestar urbano, que nos deja la sensación de comer sólo por comer.

3) El genoma atesorador:
Nuestros ancestros debían subirse a un árbol para poder acceder a una manzana, evidentemente se imponía el movimiento y hay quienes aseguran que nuestros antepasados caminaban no menos de 19 Km por día. Pero además, no siempre encontraban un árbol con manzanas, o al llegar ya no quedaban más; por ello cada vez que podían “comían a morir” (por las dudas) y acumulaban energía para el caso en que mañana no encontrásemos un animalito dispuesto a dejarse alcanzar. No era fácil la cosa y parece que se comía salteado, por lo que cada vez que podían comían “como si fuese la última vez”, y este rasgo se mantuvo en el genoma, que hoy sigue atesorando energía (por las dudas) aunque el supermercado quede a media cuadra de distancia y no cierre los domingos.
En realidad, existe un aumento de oferta de alimentos desgrasados, de línea verde, y con ello un importante descenso en el consumo de grasas, pero también es verdad que no está instalado en nuestra sociedad el concepto de DENSIDAD CALÓRICA de los alimentos, que es la verdadera fuente de este problema, ya que el exceso de calorías se transforma en generación lipídica endógena, y que esto se acumula en forma de grasas.

4)Educacion Nutricional Probablemente, la madre de todas las causas obesogénicas mencionadas y de otras, no mencionadas en este trabajo. El año pasado nuestra Fundación llegó a 162 escuelas de Mar del Plata y la zona, con información y propuestas, apoyando esto desde el portal web con información y actividades áulicas gratuitas; y este año ya vemos incipientemente el fruto de este esfuerzo. Los jardines inducen a llevar “dulces sanos” para la colación o la merienda, los niveles primarios ya abordan la problemática alimentaria y trabajan contenidos afines y quizás, en nuestra opinión, los más flojos sean (siempre desde nuestro lugar de investigadores), los niveles superiores a los que quizás no llegamos con las necesarias innovaciones que promuevan el cambio de hábitos alimentarios. Y no son los colegios los que fallaron, somos nosotros lo que debemos recomponer estas presentaciones para hacerlas más seductoras y convincentes y, en eso estamos trabajando todos los días.

La Educación en Nutrición (Educación Alimentaria y Nutricional) es para la Nación Argentina una cuestión “estratégica”, por diferentes motivos, y siendo la fuente de la problemática expuesta, no podemos dejar de trabajar en torno a la problemática que, cuando excede el segundo nivel sanitario de nuestro sistema de salud, genera grandes gastos al Estado Nacional, que podemos evitar, sin duda, desde la adecuada Educación.

Finalmente:
En Mar del Plata, como en tantas otras ciudades de nuestro país, se observa una alimentación disfuncional, aumentada calóricamente y empobrecida nutricionalmente, donde los gordos ricos y los gordos pobres sufren la misma carencia educativa; con entornos socioeconómicos obesogénicos, donde la comida es cada vez más un objeto transicional, que intenta atenuar un malestar emocional muchas veces no verbalizado.
Vimos claramente que la obesidad es el paradigma de la enfermedad crónica por excelencia, lo que requiere de una adecuada relación paciente/profesional que no es estrictamente necesaria en otras patologías de características más agudizadas, y a esto se suma la necesidad de legislación pertinente y debidamente aplicada sin largos procesos en busca del “amparo”, que finalmente llega cuando la gravedad de la situación es irreversible, y la cobertura farmacológica/medicinal solo puede paliar los efectos mórbidos y limitarse a acompañar el tramo final de un acentuado desbalance sistémico.
En realidad, estamos muy lejos de poder iniciar la batalla necesaria para detener esta pandemia global; antes convendría acentuar la aplicación de las leyes, generar más espacios laborales para tantos nutricionistas subocupados que viven y desean trabajar en nuestro país, y coordinar institucionalmente acciones sencillas y contundentes.
Luego sí, podríamos “empezar con algo”, y para ello iniciamos diciendo que nos oponemos a toda figura cultural o comunicacionalmente impuesta, que en este orden, promovemos la aceptación y el disfrute de las formas naturales, a la luz de los legados de nuestros Maestros de la nutrición argentina, el Dr. Escudero, el Dr. Braguinski, el Dr. Cianciarullo, la Dra. Katz, las Lic(s). Guida, Raspinni, Corti, Scaramella, Torresani, Longo, Somoza y tantas otras (Dios las/los bendiga); que nos dieron las bases científicas que hoy opera la Fundación San Cayetano del Mar, gratuitamente y al servicio de la salud Alimentaria y Nutricional de todas las personas, en nuestra idea de Nutrición en Acción.

Ahora no podes decir que no tenés posibilidad de ser atendido; nosotros estamos a tu disposición.

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